Dichosas etiquetas. Nos perturban profundamente aquellas que no son afines con nuestros valores o nuestras creencias, sin embargo que fácil es entrar en el juego del etiquetado. Tendemos a juzgarlo todo y a todos. Sin olvidarnos de nosotros mismos porque las primeras etiquetas son siempre las nuestras.
Sé que me repito en vídeos. El de hoy es el mismo que el de ayer pero todo tiene un motivo. He de reconocer que lo que en un principio intenté trasmitir con la publicación, fue en vano. No conseguí comunicar lo que tenía en mente. Tras recoger las primeras opiniones quedé bastante sorprendida. Probablemente en otro momento esta situación me hubiese llenado de frustración y desconcierto pero no fue así. Porque aunque no se entendiera del todo la premisa del mismo, sí la demostraba. Se transformó en la demostración de lo que sí quería comunicar. Pretendía explicar lo dispuestos que estamos siempre a entrar en el juego de las etiquetas. El vídeo contenía un ejercicio, totalmente inventado y con las fotografías seleccionadas al azar. No portaba ningún significado más que el que yo le quise dar, ninguno. Elegí esas etiquetas como pude haber seleccionado otras. ¿Quién se etiquetó?. Pido disculpas a los lectores en bicicleta y a los que eligieron las manos unidas pero no todas las etiquetas podían ser positivas. Así que ni caso al jueguecito aunque sí a lo que demuestra. Nos molestan las etiquetas pero no podemos evitar etiquetarnos o etiquetar. Curioso.
Como dice el poeta............has de saber que la rosa , es rosa por bella y no porque en ella respira una flor.