Supieras con total seguridad que no puedes fallar, que todo saldrá bien...¿Qué sería lo primero que harías?. ¿Hacia dónde te dirigirías?. ¿Qué significaría eso para ti?
¿Qué ha sido lo primero que pasó por tu cabeza?. ¿Resonó mucho o no lo suficiente?. ¿Sentiste la emoción o sólo la esbozaste?
Desde la infancia nos insisten que una de las primeras cosas que debemos aprender es saber diferenciar lo real de lo onírico. Perseveran en crearnos la necesidad de entender la realidad tal y como es sin mapas que nos guíen.
¿Pero quién posee la verdad absoluta de esa realidad?. Yo sé lo que veo, oigo y siento y por lo tanto mi realidad es la verdadera. ¿Pero y la realidad de los demás?. Ellos también saben lo que ven, lo que oyen y lo que sienten. ¿Pueden entonces también tener la certeza de que su realidad es la que vale?. ¿Quién tiene la razón entonces?. Pues todos, existen realidades para todos los gustos y hasta para los más exigentes. No existe una verdad absoluta, todas las opciones son totalmente válidas. Todos tenemos el derecho de ver, oír y sentir las cosas a nuestra manera. Eso es lo que nos hace tan especiales.
Personalmente admiro a aquellos que nunca dejan de soñar. Según mi mapa y mi realidad, la diferencia que yo asumo entre lo onírico y lo real, es que lo primero no siempre lo recuerdo(desgraciadamente). Para mi son dos formas muy parecidas de crear realidades. Unas de manera consciente, refiriéndome a los soñadores en vigilia y la otra de manera inconsciente, en los sueños oníricos. Y este dato, lo trato con sumo interés, ya que nos indica que si se produce de manera inconsciente es porque nuestro cuerpo, nuestra mente y fundamentalmente nuestra alma lo necesitan.
Si les entregara un folio o un lienzo en blanco y les dijera que todo lo que anoten y pinten en él se cumplirá a corto plazo...¿Qué plasmarían en él?
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